Ya estos cursos anteriores comenzásteis el tema de los sacramentos, vamos a tratarlos de nuevo pero haciendo más alusión a tres sacramentos de los siete existentes. En estos días hablaremos de la Confirmación, el Órden Sacerdotal y la Unción de Enfermos.
Hoy la actividad va a ser de lectura, comprensión y ralización de dos actividades finales.
LOS SACRAMENTOS
En nuestra vida existen muchas vivencias que podemos revestir de un significado especial: la mirada o el abrazo de un ser querido, la letra de una canción que nos recuerda a alguien a quien queremos y está ausente, un objeto entrañable..., y entonces se convierten en símbolos.El ser humano posee una capacidad extraordinaria para captar los símbolos. Una sencilla flor se puede convertir en un símbolo de amor, amistad o reconocimiento hacia la persona que la recibe. Pero más real y valioso que el regalo, la flor,que ofrecemos a la persona amada, es el amor que le profesamos. El mayor regalo que se puede ofrecer a una persona es la entrega de uno mismo. Jesús,que se da por amor, habla de cómo Dios desea comunicarse con las personas. Hay muchos caminos para vivir ese encuentro porque cada persona lleva dentro de sí el Espíritu de Dios,que hace posible el encuentro con Dios Padre. La comunidad cristiana ha señalado siete símbolos para vivir ese encuentro con Dios Padre, que recorren lo largo, lo ancho y lo profundo de una vida humana. Les llama sacramentos y son signos de la presencia de Jesús y del Amor de Dios. Los siete sacramentos son: el Bautismo, la Con-firmación, la Eucaristía, la Reconciliación, la Unción de enfermos, el Orden sacerdotal y el Matrimonio. Si lo comparásemos con una gran casa de acogida para las personas que desean formar parte de la Iglesia, podríamos ubicar cada sacramento en las diferentes dependencias. Por ejemplo en la entrada, estaría el Bautismo; en la recepción en-contraríamos la Confirmación y el gran comedor estaría reservado para la Eucaristía. En la enfermería y la sala de recuperación estarían la Unción de enfermos y la Reconciliación. La habitación nupcial se ofrecería para el Matrimonio y en el gran salón de celebraciones estaría el Orden sacerdotal.
LOS SACRAMENTOS DE INICIACIÓN
La iniciación cristiana es un verdadero proceso. Empieza cuando la persona se siente atraída por lo que vive la comunidad de fe. Ésta, en nombre de Jesús, le abre sus puertas y le acoge para que el nuevo miembro de la Iglesia pueda celebrar y expresar su fe en comunidad. La iniciación cristiana es un proceso que comienza desde que la persona es muy pequeña y permite abrir la puerta para empezar a participar en la vida de la comunidad creyente de la Iglesia. Los sacramentos de iniciación son el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía.
Después de leer esta introducción a los sacramentos, la actividad será realizar un dibujo sobre las dependencias de la casa, donde se ubican los sacramentos: recepción, comedor, enfermería y sala de recuperación, habitación nupcial y gran salón.
LA CONFIRMACIÓN
Este sacramento es una confirmacióndel Bautismo (Hch 8, 14-17; 19, 1-7).
Al igual que el Bautismo, sólo se recibe una vez en la vida. Y para recibirlo se requiere conocer a la persona de Jesús; tomar conciencia de la propia vocación cristiana y comprometerse con la Iglesia para ser verdadero testigo de Jesús. El jóven o la jóven que decide libremente participar en este sacramento cree en Jesucristo, conoce su Evangelio y participa en las celebraciones litúrgicas. Jesús da el Espíritu Santo para que la persona pueda hacer experiencia de Dios y a lo largo de la vida le vaya reconociendo como Padre cada vez con mayor profundidad, y le ayuda a ser apóstol de Cristo. En el sacramento de la Confirmación son utilizados diferentes símbolos: La imposición de las manos por parte del obispo o vicario episcopal a la persona que confirma su fe. Se pide la transmisión del Espíritu para llevar a cabo su misión de ser testigo de Jesús. La unción con aceite (crisma), signo de vida y de fortaleza. Si además este aceite está perfumado, adquiere la voluntad de rela-cionarse con todos aquellos que están presentes, provocándoles un momento muy agradable. El perfume necesita un cuerpo para derramarse y penetrar en él hasta hacerle exhalar su buen olor. El óleo perfumado, símbolo del Espíritu Santo, llega a ser esencia de la persona, que libremente se deja penetrar por Él. Los padrinos acompañan al confirmante y lo acercan al obispo; se sitúan a la izquierda poniendo su mano derecha sobre el hombro izquierdo del confirmante y lo presentan al obispo diciendo el nombre del confirmante. El obispo unge con el crisma al confirmante a la vez que pronuncia las palabras: «(nombre del confirmante) recibe por esta señal el don del Espíritu Santo.»
Tenéis que leer la cita (Hch 8, 14-17; 19, 1-7).
Buscar de qué modo hacemos presente la idea de esta cita en la celebración del sacramento de la Reconciliación y realizar un mural con fotos o dibujos de dicho sacramento.
Estas actividades me las podéis enviar durante esta semana y la próxima, el próximo jueves daremos el Órden Sacerdotal y el Matrimonio.
Ya sabéis mi correo: relimar65@gmail.com
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