Mirad hoy vamos a seguir de cerca al profeta Daniel, ya lo conocimos la semana pasada y vimos la fe que tenía en la oración y en estar hablando continuamente con Dios.
Hay algo que caracterizaba a Daniel y eso era su CONFIANZA.
Vamos hoy a tratar este tema y para ello primeramente vais a realizar una tarea de lectura, vais a leer este cuento:
Con Dios en Bicicleta
Al principio veía a Dios como el que me observaba, como un juez que
llevaba cuenta de lo que hacía mal, como para ver si merecía el cielo o
el infierno cuando muriera.
Pasaron los años, y me hablaron de
que sin dejar de ser Dios, era también mi Padre, un Padre infinitamente
misericordioso que me había amado ya desde antes de la creación del
mundo y seguía amándome, que en Él vivía, me movía y existía y que
siempre estaba a mi lado.
Y empecé a amarle. Y de repente,
empecé a sentir mi vida como si fuera un viaje en bicicleta, pero ¡era
una bici de dos!, y noté que Dios viajaba conmigo y me ayudaba a
"pedalear".
No se como, ni sé cuando sucedió que Él me sugirió
que cambiáramos los lugares, lo que sí sé, es que mi vida no ha sido la
misma desde entonces.
No confié mucho en Él al principio, me
costó mucho darle el control de mi vida. Pensé que la echaría a perder,
porqué yo sabía muy bien donde iba, ya tenía el camino y la meta
fijados, aunque todo fuera un tanto aburrido y predecible, incluso las
caídas. Sin embargo, cuando Él tomó el mando ; me olvidé de mi
"aburrida" vida y mi vida se convirtió en una aventura. ¡Mi vida con
Dios empezó a ser y sigue siendo muy asombrosMe di cuenta que Él conocía cosas que yo no sabía acerca de andar en
bici, Él conocía secretos... Sabía como doblar para dar vueltas
cerradas, brincar para evitar obstáculos llenos de piedras, buscar
senderos abiertos en los que su compañía se hacía "luz" cuando en mi
vida se hacia de noche y habían desaparecido la luna y las estrellas,
incluso sabía "volar" para no caer en precipicios. El conocía caminos
diferentes con paisajes hermosísimos, a través de montañas y de valles, y
bordeabamos ríos y atravesabamos pueblos y con velocidades increíbles.
Lo único que yo podía hacer era sostenerme; aunque pareciera una locura.
Y cuando le decía "estoy asustado", Él se inclinaba un poco
para atrás y por unos segundos cogía mi mano y mi temor desaparecía.Y
cuando le decía: "estoy cansado"; o me preocupaba y ansiosamente le
preguntaba: "¿a dónde me llevas?..." Él giraba un poco la cabeza, y
escuchaba su voz llena de ternura que me decía: "PEDALEA Y CONFÍA EN
MI...".
Así que comencé a confiar en Él..
Él me llevó a conocer lugares desolados, donde reinaba el
hambre, la pobreza, la enfermedad, la injusticia, y también me llevó a
conocer gente con un corazón lleno de dones, lleno de amor, de
generosidad, de justicia, de alegría y de paz. Ellos me dieron esos
dones para llevarlos en mi viaje; nuestro viaje: de Dios y mío. Y Él me
dijo: "Comparte estos dones, dalos a la gente, son sobrepeso, mucho peso
extra , así te irás pareciendo a mí, que todo cuanto tengo os lo he
dado y el viaje se nos hará más ' ligero' ". Y así lo hice con la gente
que ibamos conociendo. Y allá íbamos una y otra vez, Él y yo...
... ahora ya no le digo nada; estoy aprendiendo a "pedalear"
con otro ritmo, por los más "extraños lugares", estoy aprendiendo a
callar y a disfrutar de la vista de este paisaje nuevo y de la suave
brisa en mi cara. Y sobre todo estoy aprendiendo a gozar de la increíble
y deliciosa compañía de mi Dios.
Se que Él lleva la bici y confío del todo en Él.
Solo le digo de vez en cuando que estoy "cansado", porque me
gusta verle girar ligeramente la cabeza hacia mi y escuchar como me
dice, con una ternura inefable: "ÁNIMO, ¡PEDALEA! Y CONFÍA EN MI, YO TE
LLEVO"...a y emocionante!.
Una vez leído el cuento quiero que dibujes en una hoja la síntesis de este cuento, dibújate tú mismo en una bicicleta junto a Jesús, yendo por un camino hacia donde Él quieras que te lleve.
Envía tu tarea a mi correo: relimar65@gmail.com
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